Dos palabras. Incalculable significado.
Fuera corazas, a corazón abierto.
"Te quiero", Mario Benedetti:
-Empiezo a quererte tanto que te desayunaría hasta la indigestión.
Ya he desnudado mi cuerpo y mi alma ante él.
ESPERO NO HABERLA CAGADO.
Me he quedado, literal y metafóricamente, en PELOTAS.
Con el culo al aire.
Ilusión y vértigo a partes iguales.
Las mariposas, juguetonas, revolotean de nuevo.
Ha sido un momento emocionante. Sellado con un abrazo fuerte, cálido, salvador. Pleno y seguro refugio.
-Yo también.
Qué fácil y qué complejo.
Habrá quien lo diga sin mayores implicaciones,
por inercia o antojo.
Yo no. Nunca lo he hecho. Menos a estas alturas de la película.
He dicho te quieros desgarrados,
te quieros ilusionados,
agónicos,
te quieros desesperados
y hasta
te quieros forzados;
pero siempre sentidos, de una manera u otra.
Querer es fácil.
Decirlo mirando de frente a los ojos, no tanto.
Saber hacerlo y tener el don de la oportunidad es lo más difícil.
No quiere decirse que por mucho esperar uno se asegure la idoneidad del momento.
Porque el romanticismo es tan mágico como fugaz y el remoloneo y sexo matutino en la cama se terminan acabando, dando paso a la realidad, sin más florituras.
-¿Sigues queriéndome? -pregunto de broma, aunque algo temeroso. Porque saturo y exaspero.
Lo sé y lo asumo.
Me estreso y estreso. También lo sé.
Porque, por más que lo intente, lo que no termino de asimilar es que el día sólo tiene 24 horas.
Meterse en más berenjenales de los humanamente asequibles termina en frustración.
Si encima arrastras a alguien contigo en esa vorágine de hiperactividad, no terminar en bronca monumental resulta más que significativo, alentador.
Va a ser verdad que él también me quiere.
Y que me quiere bien, sin valoraciones moralistas.
Me quiere como quiero y necesito que me quiera.
Me acostumbré a un querer egoísta, que sólo consentía mis virtudes, cohibiendo y castigando mis no pocos defectos.
Te quiero.
Hablo de HOY. No sé mañana, sé de hoy.
Y hoy me siento bien querido y quiero bien.
Los matices son importantes en materia de sentimientos.
Bien querido porque es una persona afectuosa, detallista, mimosa y de frecuentes demostraciones de cariño, privadas y públicas.
Quiero bien porque yo, como él hace conmigo, empiezo a amar tanto sus virtudes como sus defectos.
Quererse como se es. Qué grande.
-Sí, claro que te sigo queriendo, pero esta noche mejor tú en tu casa y yo en la mía.
Y Dios en la de todos, que diría mi madre.
Otro me hubiera mandado a la porra después de una noche casi sin dormir, trabajando a contrarreloj y ayudándome desinteresadamente en algo que tendría que haber hecho yo sólo.
Esbozo para proyecto "Dos Hermanas lee".
Idea original: J@vi.
Dibujo: Alejandro DReyes (@doncolor).
Esbozo para proyecto de formación en coeducación.
Ideas y dibujos: J@vi.
Porque más vale dosificar el amor
antes que acabar en empacho.
Y a propósito de...:
Indigestión es una sorprendente performance-pieza de
teatro mínimo, protagonizada por un pletórico
MARIANO VERDEJO
que puede disfrutarse en la sala
"Un gato en bicicleta"
(C/Regina 8, Sevilla).
Íntima recreación del amor voraz y hambriento
que roza lo escatológico,
con un inesperado desenlace
donde el público se ve tan
involucrado en la trama
que puede llegar a sentirse, por cercanía y ubicación,
parte de la línea del horizonte, referencia visual,
de la penetrante y expresiva mirada del actor.
Más info:
Y para terminar de demostrar lo completito de esta semana y lo merecido de un finde de relax, acaba de salir el número 13 de la Revista SEMOS en la que vuelvo a tener el honor de colaborar con el artículo "Esquizo vagabundo". Toda la gente de Cádiz recordará perfectamente a el Troy:









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