martes, 27 de agosto de 2013

Estreno Agenda Curso 2013-2014.

            Hoy es un día emocionante para mí, sí, por patético que suene, renovar la agenda del curso pasado por la del nuevo es una de las cosas más emocionantes que me ha pasado en los últimos días de mi previsible y tranquila vida (a veces, demasiado; pero lo adecuado para mantener el equilibrio, supongo).
            Presumo de estar a la última cuando eso, hoy por hoy, es imposible por la saturación y la velocidad con que avanza todo, y hasta a veces me burlo de los anticuados que no controlan las nuevas tecnologías (en una descarada soberbia, lo reconozco, porque si me comparo con otros, el retrasado soy yo sin duda).
            El caso es que, a pesar de ello, también me gusta mantener fetichismos y romanticismos de antes. Sigo adorando el soporte papel y la palabra escrita de puño y letra.
            Vamos, que sigo organizando mis quehaceres con una monísima agenda de papel, tamaño bolsillo, separador, anillas y este año con una florida portada. Historiadísima. Como yo.
            Y hoy toca, entre otras cosas, traspasar información de una a otra y empezar a escribir en la nueva los proyectos que continúan a partir de septiembre.
            Si a ello sumamos que en el paseo matutino de esta mañana con Dante he podido por fin estrenar aquella fina rebeca de entretiempo que aun no había podido estrenar desde que me la compré en el lefties, el cambio de agenda preconiza el cambio de estación. Aunque lo de las prendas “de entretiempo” con esto del cambio climático va a empezar a ser poco más que innecesarias.
            Y, en el fondo, aunque a veces me acojona y otras, una vez realizado, me ha hecho mortificarme por sentir que he optado por la peor de las decisiones, cualquier cambio, por tonto que sea, es un nuevo reto. Una nueva etapa.
            Con mi nueva agenda escolar (sí, las de “adultos” me parecen demasiado aburridas), continuo con algunos proyectos y empiezo con otros. Y renuevo la esperanza de que la nueva estación, los próximos meses, me deparen todas las cosas buenas que me merezco después de los malos meses vividos.
            Desde aquí, todos mis ánimos a quien quiera que esté leyendo esto para el “nuevo curso” académico, laboral pero, especialmente, personal. Otro hijo. Un nuevo trabajo. Un noviazgo. Una boda. Pero lo que más os deseo (y me deseo) son nuevas y refortalecidas ilusiones para este nuevo curso 2013-1014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario