martes, 4 de noviembre de 2014

El buen hacer del equipo de "Animarte Cádiz".


Las buenas ideas pueden surgir espontáneamente y una sóla vez en la vida de alguien, como si la musa de la inspiración que muchos seguimos intentando invocar apareciera por arte de magia, tan rápidamente como se esfumara; o bien -que es más frecuente, por el valor añadido de la experiencia (decía Picasso que mejor que la inspiración te llegue trabajando)- en las cabezas pensantes de quienes saben buscar la oportunidad, el momento y el lugar para desarrollar una propuesta quizá no tan genuina como sí perfectamente adaptada (en este caso, a la trimilenaria ciudad de Cádiz).
La compañía Animarte empezó como pionera en Cádiz en la animación turística, cultural y del patrimonio local y ya lleva años cosechando éxitos con iniciativas en las que inmediatamente se reconoce su sello propio, valor seguro de calidad.
 
La cita tuvo lugar a las 21hrs., en la puerta de la tienda Usted está aquí,
sita en la C/José del Toro, 12.
 
Y para muestras, un botón: el pasado viernes 31 de octubre, víspera de Todos los Santos (y de la importada  de "yanquilandia" festividad de Halloween, cada vez más extendida también en España), acudí al pase especial de la visita teatralizada nocturna CádiZombi acompañado por mi madre, espléndida septuagenaria (lo digo abiertamente porque ella, tal y como demostró una vez más durante la visita cuando le preguntaron por su edad, jamás ha tenido la chuminosa coquetería de ocultarla ni -peor- restarle años, seguramente por lo divinamente que los luce) y reticente espectadora. Por el título de la visita se había imaginado una especie de The walking dead y eso a ella no le hace ni mijita de gracia.
 
 
 
Pero todo fuera por sacrificarse una vez más por uno de sus hijos. Para contentarme, aceptó abnegada mi inicial propuesta de plan para viernes noche que, finalmente se convirtió en chantaje. Mamá, ya he comprado las dos entradas y no he encontrado nadie más con quien ir, así que o vienes tú conmigo o perderé una de ellas.
 

En cuanto reconoció a Javi como uno de los artistas (cito literalmente el apelativo que ella usó y que comparto enteramente después de haber comprobado que la RAE lo incluye en la cuarta acepción de su definición para la amplia palabra 'artista') que guiaron en otra ocasión -hace dos años, con motivo del "Cádiz 2012 Capital Iberoamericana de la Cultura"- otra visita teatralizada en una excursión que hizo con la asociación de viudas de médicos en el Vaporcito, las reticencias tornaron en la confianza y certeza -mayor logro que aspira a alcanzar cualquier producto comercializable- de que iba a disfrutar echando un rato agradable, en el que se iba a reír tanto como datos curiosos  iba a aprender o a refrescar sobre la historia de Cádiz.

 
 
Y es que los de Animarte no sólo cumplen con creces las premisas de la Animación Sociocultural (muy complicadas, a veces, de simultanear, dado lo polisémico de la materia: pluralismo, educación no formal, interactuación, dinamización del patrimonio, desarrollo comunitario...); sino que además pueden presumir de alcanzar victoriosos la meta que perseguimos tod@s l@s que queremos dedicarnos a su práctica profesional, en cualquiera de sus múltiples ámbitos y modalidades: enseñar divirtiendo. ¿Hay forma más didáctica de hacerlo?
Puedo haber escuchado o leído montones de veces la historia de los sarcófagos antropomorfos de época fenicia -por poner un ejemplo- actualmente más arramblados que expuestos en el Museo Arqueológico de la ciudad  (mejor no hablar de su horario de apertura ni del estado de sus instalaciones, vergüenzas locales que también se critican a lo largo de la ruta), pero estoy seguro que después de haberla revivido casi en su escenario original en el CádiZombi -en una casa típica gaditana que conserva casi intacta su distribución desde el siglo XVIII- ya no se me volverá a olvidar.



La aportación tecnológica de la app Guideo (especialmente sus contenidos en realidad aumentada que nos permitieron a los asistentes fotografiarnos con el mísmisimo Manuel de Falla o el también gaditano pintor Salvador Viniegra, quienes, entre otros, abandonaron por un rato su descanso eterno para deleitarnos con su virtual, casi real, presencia) supone un gran valor añadido a la ruta.
 
 
 
 
Una de las ideadoras de esta innovadora aplicación para dispositivos móviles (Nadia Cervera que, junto a Luis López gestionan Vaivén GTC) sorprendió y asustó a más de un@ de l@s asistentes caracterizada de una guisa que quienes tenemos la enorme suerte de tenerla como amiga no estamos acostumbrados a ver -por suerte- (mi madre ni la reconoció, creo que hasta tuvo una pérdida de la impresión, aunque no me lo quiso confesar).
Y es que Animarte supo aprovechar muy bien las supersticiones de la tradición nacional y lo terrorífico de la importada con el inugualable humor, ingenioso y sátiro, de la idiosincrasia gaditana para desenterrar parte de los más de tres mil años de historia que esconden los suelos de la ciudad más antigua de Occidente.

 
Repasando diversos pasajes de la Historia de Cádiz (se citan, entre otros, nombres imprescindibles como el de Matán -y su gato-, dos de los primeros pobladores del Gadir fenicio datados en el siglo VI a.C. gracias al hallazgo de sus restos fosilizados,  o el de Ramón Power y Giralt, marino ilustre, vicepresidente de Las Cortes de Cádiz y diputado de Puerto Rico y otros tantos relacionados con la Constitución de 1812 cuyos nombres se recogen en las placas distribuidas por la fachada de uno de los puntos con mayor "concentración zombi" de la ciudad: el Oratorio de San Felipe Neri, donde debatieron los diputados doceañistas para idear y terminar firmando la Carta Magna; pasando también por imprescindibles como el arqueólogo Pelayo Quintero o los marqueses de Recaño, en cuya casa-palacio se incluye la Torre Tavira, actual emblema del turismo en la ciudad con su atracción de la Cámara Oscura), Animarte realiza un completo recorrido con un ameno y coherente hilo argumental que finaliza con quien arranca, con una sorprendente propuesta de colofón a su inconclusa y obsesiva obra Atlántida y una interesantísima reflexión, como guinda del pastel, a la que aún le estoy dando vueltas.
 
 
Como superviviente a la cacería zombi de aquella noche por las calles de Cádiz, tomé conciencia de que, como lugareño, no me puedo quedar de brazos cruzados ante la actual y preocupante situación de que "Cádiz está muerto". No podemos perder el título de ciudad más antigua de Occidente, habiendo sobrevivido anteriormente a otras situaciones límite (epidemias, fiebre amarilla, maremotos...) pensando -como pensaba- que Cádiz es un caso sin arreglo, un desaprovechado potencial o un agujero sin futuro del que hay que escapar para ganarse la vida.
Quizá sí queda alguna posibilidad en esta ciudad. No podemos esperar que ningún arcángel San Miguel nos libre de la cabeza de ningún demonio, no podemos protegernos en el paternalismo de un poder que ha demostrado su total ineptitud para según qué cosas.
Cádiz no es "la ciudad que funciona", es la ciudad que entre tod@s l@s gaditan@s y personas interesadas en su desarrollo tenemos que hacer que funcione, convertir en sostenible su enorme patrimonio con iniciativas como las que proponen Animarte o Vaivén GTC.
Totalmente recomendable esta experiencia para tod@ aquel que además de pasar una divertidísima jornada quiera aprender curiosidades sobre Cádiz, o simplemente redescubrirla, verla desde un nuevo prisma, que critica constructivamente para concienciar contra indiferencias y abatimientos.
Ojalá salgan adelante muchas más iniciativas como ésta.
 
 
 
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