A veces la mejor forma de aprovechar el tiempo es perderlo si así nacen genialidades y ocurrencias como las que este par de dos -la compañía Deparenpar- nos regalaron el pasado sábado con su espectáculo cómico "Fitetú".
Aunque la obsoleta RAE redirija la búsqueda a cunear, Alejandra Vanessa reivindica el término chusnear, con su entrañable y divertido acento "cordobéh", definiéndolo como "pasar el rato, perder el tiempo".
Y es de esta acción de donde sale el germen de un diálogo a dos, de besugos en algunos momentos, hilarante todo el rato, tan aparentemente natural que cuesta creer la guionización que, sin duda, encierra cada frase.
https://www.youtube.com/watch?v=OCARCwlXyFU
Miryam García y Alejandra Vanessa nos presentan su primer espectáculo humorístico en dueto. Un tráiler, una muestra, un detalle, una ida de olla... Juzguen ustedes.
Un espectáculo que se presenta como un monólogo de humor a dos manos de dos almas inquietas independientes que utilizan el absurdo para hacernos reír. Reparan en los momentos inexplicables y sin sentido del día a día. Dos show women unen sus fuerzas cómicas y desequilibrios en busca de una cura contra el tiempo libre (...) Dos locas del coño, fatal de la azotea (...) Juego de palabras, complicidad y vuelta de tuerca a los detalles más insignificantes.
Unas premisas ambiciosas que Miryam García y Alejandra Vanessa consiguieron con creces cosechando la ovación unánime de todos los asistentes.
Ríete de tí misma, que ya me río yo de las dos.
Alejandra y Miryam, dos "monstruas" escénicas, se fotografían entre bambalinas.
Un teatral arranque prepara al público para que cualquier cosa pueda pasar. Desde una invocación del más allá hasta una espontánea fiesta de pijamas que se debate entre salir de fiesta por los viejos tiempos o quedarse en casa teorizando sobre cuestiones metafísicas; inalcanzables para el resto de vulgares mortales.
Reminiscencias a series y programas de televisión, analizados desde otro prisma; con una divertidísima puesta en escena, interactuando con el público en todo momento. Un nuevo sector turístico, recuerdos de una adolescencia que todos hemos vivido e identificamos en carnes propias gracias a ejemplos tan gráficos como los que se mencionan. Conspiraciones gubernamentales, sentido homenaje a una de las grandes del teatro, el cine y la televisión; fragancias míticas, las antiguas pesetas... Infinidad de situaciones que siempre concluyen con la expresión que da nombre al show. Fitetú.
El riesgo de caer en lo chabacano y en la gracieta fácil es superado hasta para hablar de lo más escatológico, arrancando carcajadas porque... ¿a quién no le ha pasado alguna vez?
Precisamente en esa capacidad de saber reírse de las miserias propias (y hacer reír con ellas) creo que radica una de las grandezas de Fitetú. Y, yendo más allá, diría que esta inteligente apuesta encierra toda una filosofía de vida a la que muchos nos hemos sumado, por imperativo vital o por decisión personal.
Cuando en el ecuador de los treinta no alcanzas los quinientos euros de sueldo, lo de crear una familia es más que impensable y las ambiciones de la niñez quedan relegadas a la supervivencia, existen dos opciones. Llorar o reír. Y la segunda, amén de más sana, es mucho más fructífera.
La "Generación no-Ni Ni-ná" (no ni ná hemos estudiado y seguimos haciéndolo, no ni ná trabajamos, de lo que sea y en las condiciones que sea y no ni ná, sobre todo, reservamos tiempo y energía para seguir intentando cumplir nuestros sueños) la formamos todos aquellos con doble grado y varios másters en reinvención personal/laboral y emprendizaje, esos difusos términos tan en boga hoy día que se entremezclan con anglicismos como win to win, networking, coworking y tantos otros que vienen a decir lo mismo: sé autosuficiente y cooperativo.
Un resurgir que nos hace más fuertes y con mucho más sentido del humor, minimizando todo lo minimizable y cultivando iniciativas artísticas que todavía hay quienes llaman "subcultura".
Injusto nombre (para mí, sin duda, "sobrecultura") por no someterse a los circuitos comerciales ni encorsetarse en los espacios habituales o salirse de los cánones de corrección.
Para convocar al respetable, las redes sociales. Para conseguir el espacio, el anfitrión con un innovador local Cut & Coffee. Para gestionar la afluencia, las nuevas plataformas como Myplayz. Y para conseguir el éxito, lo de siempre, eso no cambia, el TALENTO, y a estas dos les sobra de eso.
Les bastaba con sí mismas para llenar el escenario (bueno, y con el generoso escote-baúl de Miryam que albergaba con calidez toda la utilería complementaria).
https://www.facebook.com/Peluquería-100to1-1666837290198564/?fref=ts
El Fitetú tuvo lugar en la Peluquería Cafetería 100to1, un nuevo concepto de ocio cultural y peluquería en Sevilla (C/Pacheco y Nuñez de Prado, 15).
https://www.youtube.com/channel/UCdb0Fvou7njr7PwbCdF17VQ
http://www.myplayz.com/
Myplayz es una comunidad cuyo objetivo es crear, compartir y disfrutar experiencias culturales únicas en espacios singulares.
Myplayz es un punto de encuentro, un lugar en el que gente interesada en hacer y sentir la cultura puede reunirse y aportar su casa, su talento, su ilusión o todo al mismo tiempo para crear una experiencia única.
No solo tengo la suerte de conocer personalmente a ambas integrantes, sino que además a una de ellas le debo haber conseguido uno de mis trabajos (gracias, Miryam, por cierto) y a la otra, mantenerlo y compartirlo hoy día (un placer, Alejandra, ya sabes que soy fan, fan de póster) y no por ello pierdo objetividad en mis elogios.
A fin de cuentas, este post a modo de reseña me hace sentir que ejerzo en parte aquello para lo que en su día me formé, y como la crítica de arte también debe expresar los fallos detectados, diré el único que vi en Fitetú: duró poco.
¿O quizá se pasó muy pronto porque me quedé con ganas de más?
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