jueves, 25 de julio de 2013

Retales de mi Diario de Pensamientos. 22 de Junio de 2013.

22 de junio 2013.

Hoy he descubierto varias cosas sobre mí y sobre el mundo:
UNA: lo que he líao para ahora no estar tan seguro de querer casarme algún día. No al menos si casarse significa ponerle una correa a tu pareja y que ella te la ponga a ti en forma de anillo y de firma de contrato. Que me hayan dejado por otro (u otra cosa), la crisis de los 32 y no tener un trabajo remunerado sino una dedicación gratuita que encima me hace replantearme todo me han hecho creer que debía convertirme en la Juana de Arco del Colectivo LGTB.

Y no soy más que un treintañero solitario, con ganas de novio, pajillero y con mucho tiempo libre que todavía sueña con historias de medias naranjas. Ayer me enamoré y me desenamoré por la mañana y por la tarde me volví a enamorar. De tres hombres distintos.

DOS: Hay brujas a las que les ofende profundamente que lleve suelto por la calle a Dante aun habiendo enmendado el que era mi pendiente compromiso de civismo. De acuerdo que tengo al perro más territorial y con más autocontrol y dosificación sobre su miccionado y que en lugar del botecito de cincuenta centilitros con agua y “mistó” que llevo, debería hacerme con una garrafa de cinco litros cada vez que lo saco. Pero algo es algo, señora, usted no lleva atado pero no lleva ni una bolsita para las cacas del suyo, bonita. Que no es usted la única a la que le hace falta que le echen un buen polvo, pero no hay que pagarlo con el resto del mundo.

TRES: Ayer me enseñaron (y me creí) que existen mujeres con pene y hombres con vagina, transexuales que no “se cambian de sexo” sino que “reafirman su identidad”. No reduzcamos la sexualidad (y mucho menos la identidad con la mera genitalidad). Con lo que si una mujer que nació con pene y era lesbiana, si se hormona y se trata, no por “arreglar un fallo de la naturaleza” (matiz despectivo, diferenciador, discriminatorio) sino por “retocarse” como la que se pone tetas, el que se alarga el rabo o quien se pone los labios del chocho de una mona, para estar más a gusto consigo mismo/a; y cambia pene por vagina, no deja de ser lesbiana. Es una mujer transexual lesbiana (mientras que poner etiquetas siga siendo necesario para los logros políticos y legales).



De verdad que no estoy rizando el rizo, lo dijeron en la Universidad de Cádiz, en el Primer seminario sobre Diversidad Afectivo-Sexual. Por cierto, muy recomendable el visionado del documental de Javi Larrauri, desgarrador y testimonial, “Testigos de un tiempo maldito”.


CUATRO: A veces, la felicidad es abrir la nevera para ver qué desayunas y encontrarte ocho kinders que trajeron ayer tu hermano y tu “cuñi” como vestigios mudos de la fiesta de fin de curso de su cole, esperándote y chillándote “¡cómeme! ¡arriba las grasas saturadas!”.

La infelicidad es que los kínder ahora solo tienen forma de huevo, pero es un engaño, no lo son. Ahora son “kínder Joy” y vienen con una ridícula palita de plástico para que te comas lo que ahora han convertido en una crema blanca con dos bolitas en medio tipo Ferrero rocher.

Y la tragedia más absoluta llega cuando descubres que en vez del muñequito de “Monstruos University”, te ha tocado una mierda de sorpresa que no sabes ni para qué sirve.

CINCO: No soporto estar a malas con mi madre. Ya ha leído la carta que le escribí, asertivamente, pero en tono de disculpa. Me ha dicho que tiene que reflexionarla (en el fondo, era lo que pretendía, lo máximo a lo que pueden aspirar dos posturas irreconciliables es a coexistir, no a entenderse). Y, en todo caso, prefiero seguir con ella tan ricamente como estaba estos últimos tiempos antes de abrir la boca con según qué tema, como si nada hubiera pasado. Porque lo importante es que la quiero y me quiere, sin más matices.

SEIS: ¡Suerte a todos/as los opositores/as! Pero más a los/as que yo conozco, que son los/as que más se merecen esas limitadas y ambicionadas plazas… ¡ánimo, chicos/as! ¡Ahora más que nunca, el país necesita de buenos/as maestros/as!
Y termino diciendo otra cosa que aprendí (o que, al menos, me ha hecho reflexionar) en el Seminario de ayer: No estamos es Crisis, estamos volviendo a una lucha de clases sinsentido.

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